lunes, 25 de abril de 2011

La Aquitectura Descentrada

La fragmentación del organismo arquitectónico

En el pensamiento moderno el espacio en el que se da la obra arquitectónica es un espacio neutro, carente de diseño especifico que obligue al edificio a seguir ciertas leyes para establecer una relación con él.

En los edificios queda excluido todo aquello que atañe a la calidad de vida no cuantificable. Esto es considerado como la primera gran ruptura en la cual el organismo y el medio se separan.

Con la crítica posmoderna aparece el contextualismo como la búsqueda de una relación armónica de la nueva arquitectura con el contexto.

El avance de los sistemas de acondicionamiento y servicios de edificio con el control total de las condiciones del espacio interior es otro aspecto que constituye a la ruptura entre el edificio y el medio en el cual está implantado.

Durante décadas la importancia de la historia había sido interrumpido, primero con el movimiento moderno y luego en la década de los 60´s con el rechazo causado por el general descredito del saber arquitectónico del que sin duda la historia constituye un soporte esencial. Reanudado el dialogo se despierta el deseo de legitimización por medio de la historia.

Ahora se ha vuelto a estudiar el tipo como instrumento de diseño, el cual había sido dejado de lado por las vanguardias como uno más de los signos de su ruptura con la historia. Sin embargo el uso del tipo puede servir para usurpar o inventar historias jamás acaecidas o apropiarse de historias consideradas más prestigiosas.

En América Latina el tipo se da como un vehículo transmisor de modos de vida de hábitos en el uso de los espacios que caracterizan a una comunidad. Encontramos ejemplos como la casa de patio base de bellísimas obras de Salmona o la de los vecindarios en México.

“El tipo es probablemente uno de los vehículos más complejos, pero más eficientes de dialogar con la historia, puesto que es en realidad un transmisor de ideas antes que de meras imágenes”.

La lectura en profundidad de las propuestas de las vanguardias históricas por parte de algunos arquitectos latinoamericanos dio lugar, alrededor de la mitad del siglo a la aparición de arquitectos originales como Carlos Villanueva en Venezuela o Luis Barragán en México.

Por otro lado el patrimonio no monumental o patrimonio modesto es cada vez mas, objeto de interés y centro de tareas profesionales del arquitecto.

Otro tipo de dialogo con la historia está en el conjunto de las tradiciones culturales que se expresan en la arquitectura y en la ciudad.

“La posición de los arquitectos de nuestras ciudades aparece asi como mas arriesgada, como mas expuesta que la de quienes trabajan en un medio de grandes tradiciones. Es verdad que el compromiso de estos es más grave, pero también cierto que poseen una base firme a partir de la cual aventurarse.”